La separación que hace el puente refleja una brecha más que evidente: social, económica… Queremos que esa brecha se rompa y nos integremos en Madrid
Para entender qué es lo que está ocurriendo con esta demanda histórica de los vecinos y vecinas debemos remontarnos hasta 2006: “Se presentó un proyecto, hace ya mucho tiempo, para regenerar esa zona. El Ayuntamiento se comprometió a quitar ese puente y, para ello, tenían que hacer un estudio previo que se ha alargado”. Finalmente, “han dicho que no es viable tal y como está el proyecto de 2006”. Confían en que se hagan de nuevo estudios, “pero el puente, en principio, no se sabe si se va a demoler o no”.
Fuente: SoyDe.com 28 de abril de 2022
¿Cómo afecta a los ValleKanos?
“El puente es lo mas visible de una infraestructura que es la M-30 que separa Vallecas de Madrid, pero Vallecas hasta 1950 era un pueblo”. Nos habla de “una brecha más que evidente: social, económica…”. Javier nos traslada que “al otro lado” no hay la misma esperanza de vida, ni tampoco se gana lo mismo. Lo que se propone desde los colectivos de vecinos es que “esa brecha se rompa y que de verdad nos integremos en Madrid”.
Normalmente, los puentes unen, pero este separa.
Javier nos traslada que este proyecto “no es algo imposible” y que, desde luego, están dispuestos a que se lleve a cabo. Lo que se continuará demandando no solo es la demolición del Puente, sino también “el hacer, donde está la M-30 un parque lineal e, incluso, recuperar el Arroyo Abroñigal”, y mayores conexiones en transporte público “que una Legazpi con Ventas, por ejemplo”.
A pesar de que “la vida en el barrio nunca se ha ido”, requiere de una regeneración verde: “porque un árbol o una serie de árboles no es un adorno de una cosa bonita”, sino que implica también que en periodos de calor extremo, “cada vez más frecuentes”, se suavicen. “No es una cuestión estética, es una cuestión de salud“, sentencia. Si el parque o la vuelta del Arroyo que proponen se llevase a cabo, “el recuperar que la gente pueda ir en bicicleta, caminando…”, se trataría de algo positivo. Básicamente, lo que piden es que “desaparezca la infraestructura”.
Al día, pasan 170.000 coches por la M-30. Javier destaca que “no hace falta ser ecologista para saber que hay una contaminación brutal” y que no es tan solo acústica, incluso algunos vecinos llegan a hablar de “temblores volcánicos”. Por ello, reitera que este proyecto “es una cuestión de salud, económica, de medio ambiente y calidad de vida”.